La fundación se inició en Venezuela en 1986 y es la Custodia de la estampita de la Virgen del Perpetuo Socorro.

En la Fundación Nuestra Señora del Perpetuo Socorro trabajamos para que los feligreses encuentren paz y oren a la Virgen en la capilla, donde además de orar en agradecimiento y petición encuentren amor. Así como los más necesitados encuentran alimento para sus cuerpos también encuentran paz y amor para sus corazones en el comedor de la Virgen. Para lograr este objetivo, recibimos contribuciones de entidades privadas.

HISTORIA

En Turmero, a una hora y media de Caracas, desde 1986 está emanando constantemente aceite «milagroso» de una estampa de la Virgen del Perpetuo Socorro recibida por la ungida Sra. Odette Idlvi, de origen sirio quien desde entonces se dedicó día y noche a divulgar los hechos y entregar tal Bendiciones a los feligreses que desde diferentes países han visitado la Casa de la Virgen de Turmero, que cuenta con más de 10 libros grandes con los testimonios de milagros recibidos por la creencia en la Santísima Virgen María en la Advocación del Perpetuo Socorro, escritos por las miles de personas sanadas por la Madre de Jesús.

Es algo prodigio de Damasco de donde vino la estampita, que hoy, ya a finales de 2019, todavía está emanando aceite. Ésta excepcional manifestación ha sido evaluada por Cardenales y Sacerdotes enviados por la Santa Sede Católica y recientemente avalada por el Obispo del Estado Aragua, Venezuela, quien estuvo presente en el Comedor de la Casa de La Virgen, donde hoy ya reciben dos comidas diarias más de 1.000 personas. Las visitas a la Capilla de la Virgen son atendidas Amalia Haddad, en representación de Odette, quien junto a los colaboradores les atenderán con cariño y dará las Bendiciones.

SIGNIFICADO DE LA IMÁGEN

Atemorizado por la visión de dos ángeles que le muestran los instrumentos de la Pasión, el Niño Jesús ha corrido hacia su Madre, perdiendo casi una de sus pequeñas sandalias en su precipitada huida. María lo sostiene en sus brazos de manera protectora y amorosa. Pero presta atención a sus ojos. Su mirada esta fija no en Jesús sino en nosotros. ¿No es este detalle un toque de genialidad? ¿Qué mejor manera de expresar el interés de Nuestra Señora en nuestras vidas y crecimiento espiritual? Las pequeñas manos de Jesús también están sujetas a las de María como una forma de recordarnos a nosotros que, así como en la tierra Él se puso enteramente en su mano buscando protección, así ahora en el cielo Él nos confía a cada uno de nosotros en sus tiernos y amorosos cuidados. Éste es el mensaje principal del cuadro, un icono bizantino, que, no obstante, está repleto de otros símbolos. He aquí algunos de ellos:

  1. Iniciales en griego para «Madre de Dios».
  2. Corona. Fue añadida al cuadro original por orden de la Santa Sede en 1867. Es un tributo a los muchos milagros obrados por Nuestra Señora bajo la advocación del «Perpetuo Socorro».
  3. Estrella en el velo de la Virgen. Ella es la Estrella del Mar, que trajo la luz de la luz al mundo en tinieblas… la estrella que nos conduce al puerto seguro del Cielo.
  4. Inicial griega para «San Miguel, el arcángel». Sostiene la lanza y la esponja de la Pasión de Cristo.
  5. Inicial griega para «San Gabriel, el arcángel». Sostiene la cruz y los clavos.
  6. La boca de María. Es pequeña para significar un recogimiento silencioso. Ella habla poco.
  7. Los ojos de María. Son grandes para todos nuestros problemas. Están vueltos siempre hacia nosotros.
  8. Túnica roja. Los colores que llevaban las vírgenes en los tiempos de Cristo.
  9. Iniciales griegas para «Jesucristo».
  10. Las manos de Cristo. Con las palmas boca abajo y dentro de las de su madre, indican que las gracias de la redención están bajo su custodia.
  11. Fondo amarillo. Es el símbolo del cielo, donde Jesús y María están ahora entronizados. El amarillo también brilla a través de sus ropas, mostrando así la felicidad celestial que puede traer a los cansados ​​corazones humanos.
  12. Manto azul oscuro. Es el color que usaban las madres en Palestina. María es las dos cosas a la vez: virgen y Madre.
  13. Mano izquierda de María. Sostiene de manera posesiva a Cristo. Ella es su madre. Es una mano consoladora para todo el que acuda a ella.
  14. Sandalia caída. ¿Ha casi perdido Jesús su sandalia corriendo hacia María en busca de consuelo ante el pensamiento de su Pasión?

IGLESIA SAN ALFONSO Y SANTUARIO DEL PERPETUO SOCORRO

La fiesta de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro – 27 de junio.

El 27 de junio se celebra la fiesta de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Patrona de los Padres Redentoristas y cuyo icono original está en el altar mayor de la Iglesia de San Alfonso.

Esta imagen recuerda el cuidado de la Virgen por Jesús, desde su concepción hasta su muerte, y que hoy sigue protegiendo a sus hijos que acuden a ella.

Se dice que el siglo XV un comerciante adinerado del Mar Mediterráneo tenía la pintura del Perpetua Socorro, aunque se desconoce cómo llegó a sus manos. Para proteger el cuadro de ser destruido, decidió llevarlo a cabo a cabo a cabo a Italia y en la travesía se desató una terrible tormenta.

El comerciante tomó el cuadro en alto, pidió socorro y el mar se calmó. Estando ya en Roma, tenía él un amigo, a quien le mostró el cuadro y le dijo que un día el mundo entero rendiría homenaje a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Después de un tiempo, el mercader enfermo y, antes de morir, le hizo prometer a su amigo que colocaría la pintura en una iglesia ilustre. Sin embargo, la esposa del amigo se encariño con la pintura y este no realizó su promesa.

Nuestra Señora se apareció al hombre en varias ocasiones pidiéndole cumpliera, pero al no querer disgustar a su mujer, enfermó y murió. Más adelante la Virgen habló con la hija de seis años y le dio el mismo mensaje de que deseaba que el fuera puesto en una iglesia. La pequeña fue y se lo contó a su madre.

La mamá se asustó ya una vecina que se burló de lo ocurrido le vinieron unos dolores tan fuertes que solo se alivió cuando invoco arrepentida la ayuda de la Virgen y tocó el cuadro. Nuestra Señora se volvió a aparecer a la niña y le dijo que la pintura debía ser puesta en la Iglesia de San Mateo, que quedaba entre las Basílicas Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Finalmente, así se hizo y se obraron grandes milagros.

Siglos después, Napoleón destruyó muchas iglesias, entre ellas la de San Mateo, pero un padre agustino logró llevarse secretamente el cuadro y más adelante fue colocado en una capilla agustiniana en Posterula.

Los Redentoristas construyen la Iglesia de San Alfonso sobre las ruinas de la Iglesia de San Mateo y en sus investigaciones descubrieron que antes ahí estaba el milagroso cuadro del Perpetuo Socorro y que lo tenían los agustinos. Gracias a un sacerdote jesuita conocieron el deseo de la Virgen de ser honrada en ese lugar.

Es así que el superior de los Redentoristas solicitó al Beato Pío IX, quien dispuso que el cuadro fuera devuelto a la Iglesia entre Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Asimismo. encargó a los Redentoristas que hicieran de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fuera conocida.

Los Agustinos, una vez que supieron la historia y el deseo del Pontífice, gustosos devolvieron la imagen mariana para complacer a la Virgen.

 Hoy en día la devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro se ha expandido por diversos lugares, construyendo iglesias y santuarios en su honor. Su retrato es conocido y venerado en todas las partes del mundo.